La tecnología al servicio de la traducción
En esta ocasión, queremos comenzar planteando una pregunta: ¿Cómo ha afectado la tecnología al mundo de la traducción?
Un poco de historia
Para comenzar tenemos que remontarnos al año 1933, en el que empieza a surgir la idea de que una traducción realizada únicamente por ordenador es posible.
Sin embargo, años después vio la luz el informe ALPAC, el cual vino a decir que la traducción automática era de peor calidad y más costosa que la realizada por humanos.
A partir de ahí, y al reducirse las expectativas de éxito de la traducción automática, surgió la traducción asistida por ordenador (TAO).
Esta traducción se basa en la utilización, por parte del traductor humano, de programas que almacenan oraciones originales junto con sus traducciones para que puedan ser reutilizadas.
Dicho de otro modo, a medida que el usuario va generando nuevas traducciones, estas se van incorporando a una base de datos con el objetivo de que puedan volver a ser utilizadas, ya sea en el propio texto o en otros trabajos.
Estos programas son realmente útiles en textos técnicos o en aquellos que no cambian en exceso con el paso del tiempo, ya que:
- Permiten reutilizar traducciones.
- Suponen un ahorro de tiempo.
- Aumentan la productividad.
- Mejoran la calidad del texto final.
Asimismo, se pueden adaptar a las preferencias de cada profesional, al permitir aunar recursos como diccionarios, bases de datos terminológicas o herramientas de texto predictivo.
La consolidación de los traductores automáticos
En paralelo a esto y a nivel usuario, han surgido infinidad de traductores automáticos con los que poder conocer el significado de una palabra en cualquier instante y lugar.
Este tipo de traductores son muy útiles para traducir pequeños textos o en caso de hacer turismo en un país extranjero, pero no tienen cabida cuando hablamos de la traducción de un catálogo, la traducción de un documento legal o de una traducción jurada.
Y ello porque el problema de estos traductores reside en su literalidad, siendo muy común ver cambios de mensaje o significado en los textos traducidos.
Y justo ahí es donde reside la importancia y lo diferencial del traductor humano, en la capacidad de adaptar el mensaje al contexto y de otorgarle coherencia.
La especialización de un traductor profesional
Los traductores profesionales se han formado específicamente en un idioma durante años, por lo que conocen su jerga y expresiones más coloquiales.
Solo así se puede conseguir que la traducción respete el contenido e intencionalidad del texto original, por lo que a pesar de los avances en la tecnología sigue siendo necesaria la intervención humana durante la labor de traducir.
Concluimos, por tanto, que la tecnología ha llegado al mundo de la traducción para quedarse, mediante sistemas que facilitan al traductor su tarea o mediante programas automáticos para dudas concretas.
Pero nunca sustituyendo al profesional de la traducción, puesto que solo él sabe dar con el contexto y la intencionalidad que se persigue, además de aportar ese toque humano tan necesario.
Así lo creemos y así lo demostramos en nuestro trabajo. Si necesitas traducir algún documento ponte en contacto con nosotros a través de la web o en el telf. 658 90 08 28. Te atenderemos sin compromiso alguno. ¡Adelante!